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sábado, 9 de octubre de 2010

MALDITOS POEMAS:

Malditos poemas, ¿por qué te dejé?, ¿por que me dejaste?, por que sin todo eso "Malditos poemas" nunca hubieran existido. Al menos no serían míos, al menos no así.

A veces pienso en la muerte. No en morirme, ni siquiera en matarme, y eso que los bipolares tenemos la tasa más alta de suicidio de toda la población. Nunca he pensado en matarme, nunca. Sólo pienso en la muerte, en cómo será. No creo en un Dios que deja morir de hambre niños en Africa, no es él, no, somos nosotros. Pero ese es otro tema. La muerte. Mi amigo Carlos G., Físico Nuclear que vive en Madrid, estará Carlitos de acuerdo conmigo si digo que todo es energía, que nosotros, cada uno de nosotros somos sólo energía. A veces siento la energía de mi padre muerto para la vida, vivo para mi eternidad. Todos los días me acuerdo del viejo, un viejo de 47 años que tenía cuando murió, un chaval me parece ahora, pero entonces era para mi el viejo, mi padre era para mi Dios, pero no quiero hablar de él ahora. Sólo digo que todos los días le recuerdo aunque sea unos segundos. Eso es así, los que amas siempre están contigo. Ni siquiera la muerte nos separará jamás.

El cielo es sólo el recuerdo de los tuyos y el infierno son tus malos actos. Hay que tener principios de vida bien cimentados. ¡Joder como llueve!. Es sábado noche, son las nueve y caen truenos, ¡me encanta!. Principios, decía que hay que tener principios. Mis padres me los dieron buenos y yo sólo me he equivocado cuando me he equivocado yo solo. Vaya frase. Y yo solo lo he pagado. Hay que ser un hombre y cuando la vida te pasa factura has de pagar la cuenta. Los hay que tienen los cojones de dejarle propina. Olé. Nunca me he quejado, nunca es nunca y nunca lo pienso hacer. Quejarse y lloriquear es de mediocres. No merece la pena vivir amargándose a uno mismo y a los demás. Siempre he apostado por vivír intensamente, a veces demasiado, diréis algunos, los que mejor me conocéis, el núcleo duro de mi vieja guardia. Sento, Rafa, Jamer, Curri, La Basca y José S, Nacho y Toni Pata, mi primo Emilio y el pequeño "Célula". Nunca he sabido dónde termina él y empiezo yo. Me refiero a Juanjo. ¡Coño, matizaré que éste si que es mi primo de verdad!. Otro día hablaré de mis primos de sangre. Y primas.

No deberíamos dejar pasar más tiempo sin decirles a los que les queremos, eso, un te quiero de ocho letras. Yo casi todos los días abrazo a mi madre. Con mi madre estoy en paz, y es que todo lo que le debo jamás me lo ha querido cobrar.

Malditos poemas, muere cada día y un día más que habrás vivido.

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